Es
cada vez mayor el número de casos de adolescentes que buscan aliviar su
ansiedad, depresión u otros problemas, autolesionándose con cortes en el
cuerpo, en una peligrosa práctica que se conoce como cutting o self injury,
advirtió una especialista del Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia (GABA)
Perú. Diana Pacheco
psicóloga de dicha entidad, señaló que esta práctica se ha convertido en una
“moda” entre la población adolescente que padece problemas emocionales como
baja autoestima, elevada impulsividad, depresión y baja tolerancia a la
frustración.
“Aunque no hay datos
estadísticos sobre el cutting, en los escolares de educación secundaria y en la
consulta piscológica cada vez son más frecuentes los casos de adolescentes que,
mediante el uso de una hoja de afeitar u otro objeto punzocortante se hacen
cortes superficiales en el cuerpo (brazos, muñecas, piernas)”, anotó.
La especialista
informó que mediante el cutting los menores buscan calmar el dolor emocional
que se sienten por los problemas emocionales mencionados, así como por su
intolerancia a la frustración, inestabilidad emocional, ansiedad, problemas de
personalidad, estrés y soledad.
“Quienes se
autolesionan buscan ser el centro de atención de su entorno, pero mediante sus
actos repetitivos podrían llegar a suicidarse”, alertó.
Hizo un llamado a los
padres de familia para que estén atentos al comportamiento de sus hijos y
sospechar si notan cambios inesperados, bruscos y duraderos de arranques de mal
humor, como romper objetos, encerrarse en su habitación, decir me quiero morir.
Si un adolescente que
se corta se reúne con otros que también lo hacen es porque tiene la
predisposición para hacerlo y presenta el trastorno de personalidad límite
también llamado borderline que está muy asociado a las autolesiones y a las
adicciones, incluso puede acompañarse de trastornos alimentarios.
Sostuvo que los
adolescentes que practican el cutting necesitan tratamiento psicológico para mejorar
su autoestima, estabilizar sus emociones, ser más tolerantes, más pacientes y
más flexibles para adaptarse a las exigencias sociales.
“Sobre todo, a tener más
disciplina y respeto por las normas del lugar donde se encuentren, sea en
la casa o en el colegio”, manifestó.
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