El consumo de
pescado y otros productos del mar destacan por su gran aporte para una buena
alimentación. Sin embargo, todas las características nutricionales que hacen
del pescado un alimento muy recomendado se aprovecharán en la medida en que se
garantice su inocuidad, asegurando la calidad de su frescura, señaló
la Dra. María Marull, jefa de la Carrera Profesional de Nutrición de
la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Indicó que es
recomendable que el pescado tenga las agallas de color rojo vivo, los ojos saltones,
el músculo firme, las escamas adheridas y olor a mar, de preferencia conservado
en una cama de hielo o congelado. Cabe precisar que el pescado aporta vitaminas,
proteínas, minerales, y grasas poliinsaturadas como el ácido graso omega-3, un
nutriente fundamental para el organismo que se encuentra en este tipo de
alimento.
“Su músculo es
suave y su digestión es rápida lo cual favorece el consumo desde los 6 meses de
edad del niño hasta en los adultos mayores”, sostuvo. Por esta razón la
nutricionista de la UPCH coincide en la recomendación de consumir 2 veces a 3
veces por semana: cada vez 120 gramos en niños mayores de 2 años, adolescentes,
adultos y adultos mayores, y 60 gramos en niños de 6 meses a 2 años, en las
diversas formas de preparación.
Según los datos de
la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) el consumo de pescado en el país creció
de forma sostenida en los últimos cinco años, al pasar de 12,9 kilos por habitante
en 2013 a 14,5 kilos el 2017. “Si bien la cantidad es significativa y lideramos
el consumo en América Latina, mucho más importante es el tipo de pescado que se
consume, y dependiendo de la cantidad de grasa que tenga, se tienen pescados
grasos, pescados magros o pescados semigrasos”, refirió.
Omega 3: aliado para la salud
María Marull
comentó que a diferencia de la grasa que contienen las carnes de otros
animales, que son grasas saturadas (colesterol malo), la del pescado contiene
Omega 3 (colesterol bueno). Por ello, con su consumo se establecerá un
equilibrio o desequilibrio del colesterol total. Asimismo, ayuda para que se
limpien las venas de las placas adheridas en ellas y que ocasionan rigidez que
generan la hipertensión arterial, y el riesgo de infarto al corazón o también
el derrame cerebral.
“Desde que un bebé se
está formando en el vientre de su madre y luego, durante la lactancia materna,
el consumo de pescado, por parte de la madre, influye en la formación de su
cerebro y su visión”, dijo. Agregó que cuando el niño inicia su alimentación,
sigue aprovechando de la grasa Omega 3 en el desarrollo de las membranas del
cerebro y de la vista, proceso que sigue hasta los 19 años aproximadamente.
Cabe precisar que
el contenido de Omega 3 se encuentra sobre todo en los pescados pequeños que
tienen su músculo oscuro debido a que guardan allí su grasa (jurel, anchoveta,
sardina, bonito, machete y caballa), y no solamente en el hígado como es el
caso de los pescados grandes. Por tanto, el beneficio de su consumo es para
todas las edades.
¿Qué más nos aporta el consumo de pescado?
La nutricionista de
la Cayetano Heredia resaltó que el pescado tiene además otros nutrientes fundamentales
para el desarrollo de las personas: proteínas de alto valor biológico para el
crecimiento, bajo aporte calórico para evitar obesidad, vitaminas del complejo B
para el adecuado metabolismo y función cerebral.
“En cuanto a otros
micronutrientes tiene: vitaminas A, D y E, que sirven para la piel, los huesos
y como antioxidantes. También es rico en iodo (para el buen funcionamiento de
tiroides), calcio y fósforo (para la formación adecuada de huesos) y selenio
(como antioxidante y protector del cuerpo)”, finalizó María Marull.
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